De faros y luces
Es una locura volver al blog, me dijeron, porque ya nadie lee blogs...
Lo cierto es que muchos blogs fueron cayendo en el olvido, cuando fuimos arrastrados por los streamings, los portales, y otras nuevas formas de comunicación.
En mi caso, abandoné el anterior por enojo. Estaba enojada con quienes habiendo sido lo mejor que había conocido, se estaban convirtiendo en una masa anodina y sin lógica.
Lo siento, pero sin lógica no se puede comprender el mundo, y partir de premisas falsas instaladas en frases ridículas como "vamos todos, después vemos", te vuelve irracional.
Vi gente, muy encumbrados algunos, justificando el "no hacer" en pos de la gobernabilidad en 2017.
Vi a otros, también muy encumbrados, justificando achatar la escala salarial jubilatoria en 2020.
Vi a más gente, encumbrados y no encumbrados, pelearse con las matemáticas y la historia para intentar justificar la dolarización de deuda que estaba en pesos.
La "oposición" de la "oposición" parecía haberse puesto de acuerdo con la "oposición" convirtiendo el mundo en un trabalenguas.
¿De qué sirve decir lo que nadie quiere escuchar? pensé entonces. Me alejé de las redes sociales, dejé el blog.
Seguirán teniendo espacio aquellos que nunca dejaron de tenerlo, pase lo que pase.
Y seguiremos incursionando en distintas formas de comunicación aquellos que, sin remos, a pura brazada, intentamos hacer algún movimiento en el agua que permita esclarecer algo... Tarea titánica en este mar revuelto, lleno de egos y vanidades.
La reconversión de los puros, devenidos posibilistas, acható la escala de haberes jubilatorias, los salarios, la calidad de vida, la salud y la educación.
Mientras tanto, los que siempre estuvieron avanzando, ahora avanzan sobre las garantías laborales, los derechos civiles y la Constitución (algo que siempre que pudieron, hicieron).
Mi intransigencia hace que no sea bienvenida en aquellos medios en los que "no se puede hablar de tal funcionario", o que no les pinches el "up! up! hurra! con el que distraen, trayéndoles lo que quienes los financian, no quieren que muestres.
Algunas de las plumas más vigorosas, han pasado a ser plumines delicados con el que apenas si delinean algunos rasgos de este horrible presente argentino en un momento en el que el mundo tal vez se vaya por el drenaje de una tercera guerra mundial.
Decir que el gobierno argentino está desguazando Fabricaciones Militares cuando los vientos de guerra agitan el siglo XXI, parece ser deporte de riesgo.
Ni te cuento si lo enlazás con el hecho de que también están encareciendo la comida; bajando salarios y aumentando el precio de la energía dejándonos inermes ante un peligro que se cierne sobre el continente.
Si contás que Fabricaciones Militares, además de municiones, fabrica los químicos necesarios para la agricultura, estás mostrando cómo el desguace de esa empresa estatal está dejándote desnudo y sin comida ante un posible enemigo.
Entonces, es más cómodo, más redituable, hablar de lo que dijo Fulanito, lo que contestó Menganito, o divagar sobre lo que hará o no hará el nuevo presidente de los Estados Unidos, sin contarte que el actual presidente de los EEUU aún ejerce la magistratura y le quedan dos meses más en el cargo.
La dirigencia política posibilista, se ha retirado hasta del pensamiento. Apagaron toda lucecita que pudiera iluminar ya no un camino, un sendero... Tal vez, porque no es posible pensar donde la lógica te sopapea al salir a la calle.
Prefieren hablar de libros, nombrar a filósofos europeos para darse corte en algún reportaje, y justificarse con la Constitución para seguir en su Disneylandia.
Del otro lado, están haciendo videos incitando a la violencia armada; o lanzando agrupaciones que se definen a sí mismas como "guardia pretoriana", o "brazo armado" mientras un grupo de excedidos de peso imponen una estética que tiene reminiscencias fascistas pero que parece una versión cómica de la película "The Wall".
Estos son los que te avisan.
Los que están detrás, son los mismos titiriteros de siempre.
No es casual esa impostura patética. Los vimos ir a provocar en las marchas para salir corriendo ante el primer amague devolver la agresión. Los vemos provocar en las redes sociales cada vez con más saña.
Los vemos organizarse en banditas patoteras en las que uno musculoso y joven, sobresale por pegarle a un jubilado; y otro más allá, con aire extranjero, entra a una universidad para arrojarle gas pimienta en la cara a una universitaria.
La Fundación Faro, dirigida por el apologista del genocidio, Agustín Laje, es un síntoma más de la enfermedad que corroe a nuestra sociedad, que con las defensas absolutamente bajas, no tiene cómo defenderse.
Agustín Laje es un escritor, politólogo, conferencista y activista argentino, conocido principalmente por su postura de ultraderecha que es algo más que conservadora en temas sociales. También es conocido en diferentes ámbitos desde hace años por su crítica a la ideología de género, y el feminismo algo que comparten con el conferencista y abogado Nicolás Márquez, el que está sentenciado por abuso de una menor y que en algún delirio etílico, había escrito un tuit dejando entrever que había mantenido alguna relación íntima con el actual presidente de la nación. El tuit fue borrado ni bien le empezaron a llover los llamados y lo sacaron del sopor en el que Baco le aflojó la lengua.
Laje Arrigoni, así se presenta desde hace unos años en las conferencias cuyos financistas no se dan a conocer, es quien dijo en julio: “Si no los destruimos, nos destruyen. No existe una tercera vía. O asumimos que son nuestros enemigos (hostis, no inimicus) o perecemos”.
El discurso violento es su impronta.
La negación del poder judicial, es decir, de uno de los poderes de la república que dicen defender, está puesta en evidencia en varias de sus alocuciones. La más conocida es la que hizo cuando justificó el genocidio.
“Estas viejas de mierda son unas viejas hijas de puta. Eso es lo que son. Criaron chicos para matar y cuando a esos chicos los mataron fueron a llorar estas viejas hijas de puta. No sé si se dan cuenta de lo que estoy hablando. Criaron chicos para matar, para poner bombas, para secuestrar, para torturar. Y una vez que con toda justicia les mataron a esos hijos —con toda justicia, porque el mejor terrorista es el terrorista muerto— cuando con toda justicia terminaron con la vida de estas basuras humanas, que fueron los terroristas que mataron, torturaron, asesinaron, estas viejas salieron a llorar derechos humanos: lloraron derechos humanos”.
Cuando se analiza esa frase, pueden notarse varias cosas: la negación del poder judicial al asumir que la justicia puede impartirla un ñato cualquiera, en cualquier momento.
En esa negación del poder judicial, está también la negación de las sentencias que cumplen los genocidas por los crímenes que enuncia ("les mataron a esos hijos"- sin juicio, sin sentencia, sin ley).
A la vez, en su discurso, reconoce que torturar, asesinar y poner bombas es un acto terrorista, lo que se contrapone con la supuesta justicia que enuncia.
Para alguien que se presenta como máster en Filosofía, no parece algo muy elaborado, ni se corresponde con el raciocinio que exige de lógica elemental.
En 2016, el máster fundó un centro de estudios al que llamó LIBRE, desde allí da la "batalla cultural" contra el "neomarxismo" que según él y sus financistas, contaminan al mundo.
Desde allí, confronta con la democracia y el republicanismo abiertamente: "No existe democracia más directa y constante que la ofrecida por el mercado, en la cual todos los días se realizan elecciones poniendo en diferentes posiciones a los participantes de acuerdo a la calidad del servicio que nos brinden".
Si esto fuera cierto, ¿cuál es la calidad de servicio que nos brinda la timba financiera en la que sumieron al país?
¿Todo debe ser regulado por el mercado?
¿Cuál es la democracia que posibilita el mercado oligopólico de la Argentina?
¿Qué conocimiento tiene un niño de 13 años antes de ser coptado por una secta de apuestas ya sean financieras, lúdicas o deportivas? ¿Debe el mercado inmmiscuírse en el seno familiar con una app de apuestas?
"El salario mínimo es uno de los errores más garrafales en las políticas públicas y no es más que uno de los tantos ejemplos en los que la lógica cede ante las emociones. Pues bien, teniendo en cuenta que el salario no es más que el precio de la mano de obra, que a mayor precio de un producto menor demanda de éste, y que elevar el salario mínimo implica encarecer la mano de obra, la consecuencia necesaria de esta medida defendida por todos no es más que una disminución en la demanda de empleados".
¿De qué trabaja Agustín Laje Arrigoni? Sabemos por sus dichos que pasa 6 meses en latinoamérica y 6 meses en España, pero ¿quién financia sus viajes, estadía, comida, etc?
¿Qué mercado regula su sueldo?
Educado en la escuela privada (Instituto Italia) y la universidad privada, la universidad Católica Pontificia de Córdoba donde se recibió de "politólogo" y la Universidad de Navarra donde hizo el "master" en Filosofía, cuyas cuotas no impone el Mercado sino los dueños de las universidades,hijo de un trabajador judicial y una empleada municipal, es decir, dos empleados públicos que le financiaron la educación.
Es decir que el antiestatal no sería quien es, sin los sueldos estatales que cobraban sus padres.
No hay lógica en estos personajes, pero hay mucho dinero detrás. Dinero que nunca nadie audita o fiscaliza. No hay auditorias para los dólares (entre 25 y 30 mil) que pusieron los empresarios que fueron a la fiestita de los tuiteros libertarios.
A nadie le importa si está financiado con dinero de la trata de personas o del narcotráfico, pero por las dudas, los empresarios se mantuvieron lejos de los flashes.
El acto de lanzamiento de la Fundación Faro, esas que se usan para recaudar dinero lejos de la mirada de los entes impositivos, tuvo unos estandartes fabulosos: "Argentina será el faro que ilumina al mundo".
La gramática, la sintaxis y la ortografía le escapan a estos personajes... no parecen muy iluminados.
Los faros, en la vida real, son torres que se construyen en la costa para que iluminen el mar y sirvan como guía a los navegantes, misión que es más que importante cuando la noche es oscura y sólo hay agua alrededor.
Se cree que Hércules, sabiendo de la importancia de ellos, apagó el de "A Costa da Morte" en España, en A Coruña, y creó un falso faro tierra adentro para confundir a sus enemigos, que navegaron directo hacia las rocas, estrellándose.
El Faro no es más que un ente recaudatorio, en cambio, lo que simboliza viene siendo desde hace mucho, no hay nada novedoso allí, excepto que usan personajes que mueven a risa para promover el espanto.
El problema no es el faro, sino su ubicación y los fareros que deciden apagar o encender las luces según su conveniencia.
Este formato está muy bueno Débora, puedo leer y releer. Un abrazo! Lucis.
ResponderEliminarGracias Lucis, imaginé que estaba haciendo falta algo así! Abrazo!
EliminarExcelente. Gracias
ResponderEliminarA vos por acompañarme!!
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